
Cuando vamos a comprar una silla, en la cual sabemos que vamos a pasar largas horas de estudio o trabajo. Nunca nos paramos a pensar en cómo puede llegar a afectarnos a la salud. Una silla no es solo un asiento con respaldo y unas ruedas, sino, es confort acompañado de buena salud.
Tenemos que tener en cuenta, que la espalda es la fuente principal de lesiones y una silla de oficina, es donde va a pasar la mayor parte del tiempo que no esté durmiendo. Por lo tanto, tenemos que valorar que nos conviene más, una silla barata a la que con toda seguridad podemos ir sumando las futuras lesiones y por tanto bajas laborales o una silla ergonómica que se amolde a nuestro cuerpo y nos permita trabajar cómodamente y sin preocuparnos de sufrir dolores de espalda.
Cuando vamos a comprar una silla de oficina, tenemos que fijarnos principalmente, en los siguientes aspectos:
Asiento: Es muy importante que sea regulable en altura, ya que podremos fijar la posición de nuestro torso respecto a la mesa de trabajo. Si la silla queda demasiado baja, sufrirá nuestra zona lumbar. Si es demasiado alta, forzaremos las vértebras y músculos de la parte dorsal y el trapecio. También debe permitir modificar su colocación respecto al respaldo para que nuestro abdomen no se vea comprimido, lo que nos causaría problemas de circulación y digestivos. En cuanto al tamaño, debe ser lo suficientemente ancho como para que podamos sentarnos holgadamente en la parte central y tengamos espacio alrededor. Además, la parte delantera del asiento debe estar inclinada hacia abajo para que no nos oprima la parte posterior de las rodillas ni dificulte la circulación de las piernas.
Respaldo: Es una de las partes más importantes de la silla. Debe ajustarse a la espalda y ofrecer un apoyo en la zona lumbar. Es aconsejable que sea regulable en inclinación y que la silla ofrezca la posibilidad de regular su firmeza y su fijación o movilidad del respaldo. A este respecto, los respaldos basculantes son buenos para jornadas que no excedan las cinco horas, pero si vamos a estar más rato, mejor que probemos con sillas sincronizadas, donde el respaldo bascula a la vez que el asiento se desliza adelante o atrás, con lo que nunca entramos en posturas de compresión de la columna ni el abdomen.
Altura de respaldo: Es muy recomendable que la altura sea regulable y que el respaldo tenga una longitud suficiente como para poder cubrir al menos toda la espalda. Algunos modelos permiten añadir un reposacabezas en la parte superior que ayuda a descansar las vértebras de la zona dorsal sin someter la columna a excesivas torsiones.
Apoyabrazos: Deben permitirnos mantener una postura cómoda, con los brazos formando un ángulo de 90º mientras escribimos en el ordenador, a la vez que sirven de apoyo en los codos y antebrazos. También son útiles para facilitar la incorporación y deben ser lo suficientemente resistentes para soportar nuestro peso al levantarnos de la silla. Por otro lado, es aconsejable optar por modelos que nos permitan variar la altura y posición de los apoyabrazos, así como regular su separación con el asiento de la silla. No deben en ningún caso oprimirnos las caderas ni tampoco impedir que podamos colocarnos cerca de la mesa.
Base: Las ruedas en la base permiten una mayor comodidad para cambiar de postura o desplazarnos en el puesto de trabajo. La base debe tener cinco puntos de apoyo. Algunos modelos dejan colocar distintos tipos de ruedas con varios niveles de dureza, ideales para adaptar la silla a los diferentes suelos que podemos encontrar: moqueta, parquet, gres, etc.
Tapizado: Para una mayor comodidad, el tapizado debe ser transpirable y estar diseñado para soportar el uso continuado.
Reposapiés: Aunque no es un elemento que normalmente forme parte de la silla, el reposapiés es indicado para ayudarnos a adoptar la postura correcta. La inclinación ha de ser regulable y tiene que estar realizado en materiales antideslizantes que permitan la sujeción correcta tanto de los pies como de la fijación en el suelo.
Todos conocemos el famoso dicho, ¨Lo barato sale caro¨. Y en este caso es totalmente cierto, y no tan solo en lo económico, si no en bienestar.
La próxima vez que vaya a adquirir una silla, tenga en cuenta todo esto, y valore más su salud. Contacta con Ofistyle